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martes, 12 de febrero de 2013

¡¡ Que paren el mundo, que yo me bajo !!

Hay muchas cosas que me sorprenden, como a todos. Muchas que consiguen sacarme una mueca de estupefacción, hasta aquí, todo bien. Incluso hay cosas que me hacen replantearme si ya lo habré visto todo. Pero que haya cosas que me hagan desear no pertenecer a la misma raza (la humana, claro está) que determinados individuos, hacia tiempo que no me pasaba. Y es que hay noticias que con solo leerlas, te hace dudar, primero, de si habrás leído bien, y segundo, si realmente puede haber gente por el mundo con un nivel de desequilibrio tan impresionante.
Atentos a esta noticia de hoy mismo:


ZOOFILIA REGULADA

Caricias sí, sexo no

Alemania prohíbe las relaciones íntimas con animales entre protestas de los zoófilos, que aseguran que sus parejas «consienten»



Y es que, y según palabras textuales de este artículo:

"El pasado viernes, la cámara alta del parlamento alemán iba a votar una propuesta de ley en favor de la defensa de los animales, que suponía la ilegalización de la zoofilia, pero la céntrica plaza de Postdamer de Berlin, acogió una manifestación de un grupo de ciudadanos contrarios a esta decisión"

Para empezar, explicaré para el que no lo sepa, que Alemania cuenta con una asociación formada por zoofílicos, no solo confesos, sino orgullosos de serlo, llamada ZETA (Compromiso Zoofílico por la Tolerancia y la Claridad pero en alemán, claro está) que consideran esta decisión, no solo injusta, sino que se atreven a tacharla de anticonstitucional.

Voy a reconocer que no conozco los términos de la Constitución Alemana. De hecho, no me avergüenza confesar que apenas conozco la española, todo hay que decirlo, pero dudo muchísimo que el derecho a mantener relaciones sexuales con animales sea algo que ampare la Constitución, ni de Alemania ni de ningún país, vaya. Y que un grupo de desequilibrados tenga la poca vergüenza de hacer valer su derecho a la manifestación para reivindicar el poder mantener relaciones sexuales con animales me parece ya de lo más ridículo, absurdo y sub-realista.



Pero vaya, sigamos. Según los co-presidentes de esta atípica asociación, Michael Kiok y David Zimmerman, que se definen a si mismos como vegetarianos, partidarios del budismo, y auténticos defensores de la práctica zoofílica con perros, (aunque también les gustan las yeguas, y que conste que sigo citando palabras textuales) y que afirman mantener relaciones estables, el primero con una pastora alsaciana con la que aparece en la fotografía que ilustra el reportaje, la práctica de la zoofilia, es algo con lo que demuestran que nadie quiere más a los animales que ellos. Ambos afirman que esta práctica es algo consentido por los animales, alegando que ellos son perfectamente capaces de defenderse si no estuvieran de acuerdo con este acto, y añaden que "los animales los ven como un miembro más de su manada y que el paso desde ahí hasta el sexo, no es muy grande".

Michael Kiok, y Cessy, la que según él, es su pareja estable.

El gobierno alemán se ha visto obligado a tomar esta decisión a raíz de los numerosos casos de invasiones de propiedad privada, o "saltavallas" como los propios zoofilicos se hacen llamar, de gente que se colaba en pastizales, jardines y establos para excitarse con las mascotas o el ganado ajeno. Y endurecer con ello una ley ya existente que prohibía la pornografía explicita con animales.

Me parece increíble que que en una época en que los derechos de los animales y las leyes en contra del maltrato animal se van endureciendo ( por suerte) más y más cada día, todavía exista la necesidad de ilegalizar este tipo de prácticas, y lo que es más terrible todavía, me aterra pensar que haya gente por el mundo capaz de defender estos hechos, considerarlo como algo, no solo normal sino incluso loable y manifestarse reclamando su derecho a realizarlos. 

Y bien, mi reflexión es la siguiente: ¿a donde va a llegar esta sociedad, si un gobierno inmerso en la mayor crisis económica de la historia se ve obligado a llevar al consejo de ministros la decisión de ilegalizar una práctica como la zoofilia? Y lo que es peor, ¿con que clase de gente convivimos en este mundo que se manifiestan abiertamente por la defensa de esta práctica? Si esta es la clase de personas con las que tengo que compartir mi aire, utilizaré una mítica frase de Groucho Marx, y diré "que paren el mundo, que yo me bajo".

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