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miércoles, 20 de febrero de 2013

Lo que soy es lo que ves...

¿Nunca os ha pasado que empezais una conversación, quizás con alguien con quien habláis a menudo o no, eso no es relevante, y cuando esa conversación acaba, tu cabeza empieza a dar vueltas, a girar y girar, a pensar y es entonces cuando te das cuenta de cosas en las que quizás no habías reparado hasta ese momento? Es lo que tiene el subconsciente ¿no?.

Bueno, pues yo hoy he tenido una de esas experiencia. Una de esas charlas que empiezan sin importancia pero acaban abriéndote lineas de pensamiento más profundas de lo que imaginabas. Y ha sido justo después de esa conversación cuando he empezado a plantearme el como soy, el como me ven, el como intento que me vean y lo que es aún más importante, hasta donde me importa.....

Intentaré explicarme poniendo un ejemplo. El otro día, en una de esas habituales y divertidas conversaciones entre amigas, de esas en las que pones las cartas sobre la mesa y dejas ver tu auténtico "yo", salió el tema, típico y recurrente donde los haya, todo hay que decirlo, de como serían nuestras vidas en caso de separarnos De volver a encontrarnos en el mercado. De ser libres para empezar de cero. Lo sorprendente es que, en el 80% de los casos la respuesta es siempre la misma. Empezando claro está por el típico "ufff, que no me pase porque yo soy muy feliz" al que siguen una multitud de "y yo" "y yo" "por supuesto", todas las opiniones concluyen con un "no volvería a casarme" "viviría la vida" y la sorprendente aunque más habitual de lo que cualquier hombre podría suponer "yo sería muy puta". Y es que al final, y aunque ninguna lo reconocerá abiertamente, esa es una frase que todas (o insisto, casi todas) hemos pronunciado en algún momento de nuestra vida ¿o no?

Y entonces, y aquí es donde viene mi reflexión, se confirma mi teoría de que hay una gran diferencia entre como soy (liberal, abierta y sin inhibiciones), el como me ven ( tradicional, estable y asentada), el como quiero que me vean (liberal aunque tradicional, abierta pero estable, desinhibida pero asentada), y lo fundamental de este asunto, el hasta donde me importa si estoy reconociendo que mandaría todo a la porra, pasaría de estabilidad y de inhibiciones, y viviría la vida.

Pues bien, ahora hago otra pregunta: ¿Por qué? ¿Por que ser de una manera, actuar de otra y desear proyectar una tercera, cuando en el fondo, lo fundamental radica en el nivel de importancia que cada uno queramos darle?

Suelo, o por lo menos, pretendo ser, una persona que se fija bastante poco en el qué dirán, qué pensaran, o como actuar. Mantengo desde hace años que la opinión que realmente necesito y que me importa lo suficiente es la de aquel que "mantiene llena mi nevera", y en esto, como en todo, que cada uno piense lo que le de la gana, y aunque reconozco que en más ocasiones de las que me gustaría, distorsiono mi carácter para adaptarme a las circunstancias o al entorno que me rodean, me sigue sorprendiendo la cantidad de gente que puede condicionar su vida por el qué dirán. Sigo quedándome boquiabierta al descubrir hasta que punto la gente vende su propia personalidad, limita sus emociones o coarta sus sentimientos, no solo por miedo a las opiniones ajenas, sino por un absurdo y ridículo "por si acaso".

Y llegados a este punto, me gustaría matizar que no soy una persona 100% transparente ni pretendo aparentarlo, pero el hecho de que no vaya por la vida con una tarjeta de presentación que diga: "hola, soy Inés, heterosexual, abierta, borde, irónica, y lo que opines me la suda" no quiero decir que no lleve ese lema como modo de vida. Puedo presumir de hacer de mi carácter mi seña. De no fingir una simpatía que no siento o de no vivir en función de las espectativas ajenas. Soy perfectamente consciente de que ni me sobran ni me faltan demasiadas cosas pero sí la suficientes como para no considerarme objeto ni de envidias, ni de adulaciones, pero si hay algo que tengo claro es que lo que soy es lo que ves y no es problema mio el nivel de aceptación que eso pueda generar. Para mi, es más fácil pensar que si mi culo es más grande de lo que a ti te gustaría, el problema es tuyo por no mirarme a los ojos ¿no crees?

Y ojo!!! tengo tantos complejos como el resto ¿eh? Pero tantos como autoestima y es por eso mismo por lo que la opinión ajena dejó de importarme hace ya mucho tiempo.

En definitiva. Que cada uno es libre de vivir como le de la gana. De pensar, actuar y limitarse hasta donde lo considere oportuno pero lo que es una verdad irrefutable y la experiencia me lo ha confirmado, es que en esta vida una cosa es lo que tu quieras decir, y otra muy distinta lo que el resto quiera entender, así que basada en esa teoría, y dando por hecho que nunca vas a tener a todo el mundo contento, ¿por qué no vivir como a cada uno le de la gana y limpiarse el culo (metafóricamente claro está) con lo que el resto pueda pensar? Es absurdo vivir dejando que otro sea el protagonisata de nuestra propia historia ¿No creéis?



1 comentario:

  1. Chapeau!

    Ke pena k el hacer lo k a uno le sale dl toto, sea el sustento d los cotilleos...cotilleos malvados, dl resto d la humanidad.
    Ahí es dnd se plantea uno las tristes vidas k tienen k tener los dmás pa hablar d mi penosa existencia. Jajajajajaja

    A veces jode y no t la pela cm deberia. Cuesta hacer la kapa antiadherente.

    Un beso bloggera dicharachera!
    ;-)

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