Contador de visitas

viernes, 23 de agosto de 2013

Los niños tienen pene y las niñas tienen vagina.

He de reconocer que me considero una persona de carácter bastante cambiante, y que mi forma de actuar, de pensar o incluso de opinar es bastante variable en función de como se alineen los planetas. Vamos, una auténtica bipolar de manual. Pero también he de confesar que es esa misma cualidad que tanto me define, una de las que más me desesperan de la gente que me rodea. Y no tanto en su comportamiento diario, como en lo referente a las opiniones que tienen sobre mi. Nunca he entendido, y sigo sin hacerlo, que una misma persona, en una misma conversación, en el mismo plano espacio-tiempo, pueda definirme como pija y "machurrona" sin temblarle ni siquiera el pulso.

Creo, y esto siempre desde mi opinión nada objetiva de mi misma, que soy la antítesis de lo que podríamos considerar una pija, eso puedo jurarlo. Y aunque no soy lo que podría definirse como una chica femenina, creo que denominarme marimacho tampoco es acertado. Pero que alguien pueda considerarme las dos cosas ya supera mis limites de la comprensión. Aunque si ponemos las opiniones en una balanza, y dada la cantidad de veces a lo largo de mi vida que he tenido que escuchar aquello de "compórtate (como una chica)", supongo que la segunda opinión es la más extendida entre las masas.

Y ahora bien. ¿como debe comportarse una "chica" (mujer, dama o señorita, como queráis llamarlo) para que sea considerada como tal?

Hasta donde yo aprendí con mi básica educación,:
"Los niños tienen pene y las niñas tienen vagina"

Y yo, después de muchos años de autoconocimiento, puedo aseguraros que vagina tengo. Pero por lo visto eso no es suficiente para ser considerada un chica al uso. Una auténtica señorita.

Parece ser, y todo esto es una conclusión sacada gracias a años y años de experiencia con esto de no ser una "auténtica chica", que hay una amplia lista de normas no escritas que deben cumplirse para obtener el difícil titulo de la feminidad. Lista en la que nunca, nunca estarán incluidas aptitudes impropias como fumar, tabaco claro está, porque de puros ni hablamos. Nada más lejos de la imaginación popular que una dama empuñando un habano, no no no. Una auténtica damisela que se precie mantiene hidratada su piel, su pelo perfectamente limpio, sedoso, cuidado y sin raíces. Unas axilas perfectamente depiladas. Y un vocabulario correcto. Nada de tacos, y por supuesto, nada de ordinarieces, comentarios soeces ni obscenidades. Porque una dama no dice polla, ni sabe que hacer con una, incluso una dama se sonroja ante una. Y nunca nunca "se la suda", nunca, doy fe de ello.

A una perfecta fémina le preocupan cosas como la depilación, el nivel de suavidad o tono de su piel, lo inconvenientes que son los hidratos a partir de ciertas horas o incluso la ultra importante cuestión de combinar su ropa interior. Una señorita no tiene gases, ni eructa, ni posee sistema digestivo, porque muy señoras mías, las damas no cagan. Ni lo hacen, ni lo comentan...

La hembra completa, la "superfémina" consigue alcanzar la proporción perfecta entre recato y exhibicionismo en la medida de su escote, lo suficiente como para dejar intuir sus formas, pero no tanto como para provocar salivación lasciva a su paso. Una buena chica, ni provoca ni zorrea. Ni presume, ni incita, ni alborota. Una señorita no ve porno, ni se excita ni coquetea...

Una damisela no entiende de deportes, de coches o de motores. No disfruta con chistes o imágenes impúdicas. No vomita, ni se pelea

En definitiva, una mujer debe andar, oler, hablar, actuar, pensar, y comportarse de la manera concreta para que el resto del universo la considere como tal, obviando por completo sus gustos o preferencias para no ser etiquetada de bruta, de masculina o simplemente de poco femenina.

Y llegados a este punto, es cuanto observo que tengo un problema. Fumo, peleo, incluso a veces vomito, lo reconozco. "Me la suda" el tono de mi piel, su nivel de suavidad o si es mixta (que ni siquiera se que significa, dicho sea de paso) pero soy bastante quisquillosa en lo que a mi pelo se refiere. Nunca combino mi ropa interior, aunque me molesta la gente que obvia esa cuestión en cuanto a zapatos y bolsos se refiere. Presumo, incito, alboroto e incluso coqueteo.... Soy extremadamente malhablada y lo obsceno y soez, no solo me divierte sino que me fascina. Me encanta la ropa, los zapatos, los complementos y odio de forma desmedida a quién no se depila las axilas. Soy lo que podría llamarse el "eslabón perdido" entre ambos mundos, ni femenina, ni masculina. Ni pija ni choni. Y es quizás por eso por lo que me molesta tanto que me etiqueten tan rotundamente en uno u otro bando.

Quien sabe, quizás algún día consiga decantarme entre uno u otro lado, pero hasta entonces, la única realidad es que:
"Los niños tienen pene, y las niñas tienen vagina"