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lunes, 11 de marzo de 2013

¡ Yo quiero un amigo negro !

Así de claro, como suena. Necesito un amigo negro. Y es que no me había dado cuenta de lo poco variado que es mi grupo de amigos hasta que, el otro día, hablando con mi amiga Macarena, me hizo abrir los ojos.
Hablábamos sobre, bueno, sobre lo que solemos hablar normalmente, sobre nuestras cosas, cuando en uno de estos cambios de tema tan habituales en ella me preguntó: ¿Nunca te has dado cuenta de que todo el mundo tiene un amigo negro, o uno al que llaman "el chino", o una amiga gorda, de esas gorditas tan felices?
Y claro, yo me quedé mirándola con la misma cara con la que la miro siempre cuando me suelta una de estas frases, que parecen ensayadas, pero que son muy suyas, espontáneas, de las que solo puedes responder con un gesto de la cara, porque palabras no te salen....
Después de reaccionar, y de pensar un poco en ello, respondí: ¡no!. No tengo un amigo negro. Y parece la cosa más normal del mundo ¿verdad?. Pues aunque parezca raro, es lo que hay. Así que desde aquí voy a pedirlo: ¡quiero un amigo negro!

Y como casi siempre, después de hablar con ella, con Macarena, yo me quedé pensando en nuestra conversación, en nuestras cosas. Y empecé a pensar en mis amigos, y en los amigos de los demás. Y es que amigos tengo, y muchos, o eso creo, pero nunca me había parado a pensar en ellos en conjunto. Como un grupo. Como algo armónico. Y llegue a la conclusión de que tengo un grupo de amigos de lo más normal, de esos grupos en los que nadie llama la atencion. Divertidos, confiables, espontáneos, alocados, sensibles, abiertos, espáticos o cualquiera de los adjetivos que escribiría pensando en cada uno de ellos, pero en el que no podría destacar a ninguno por ninguna cualidad que pueda parecer diferente. Aunque quizás el problema esté precisamente ahi, en lo que a cada uno le parece "diferente"...

Me pasa muy a menudo que en medio de una conversación, ya sea entre amigos, entre compañeros de trabajo o simplemente esperando en el medico, escucho por parte de los demás el típico: "jolín, pues yo tengo un amigo....." y esa frase normalmente va seguida de anécdotas alucinantes, a veces incluso rozando lo subrealista, o historias más típicas de "cuarto milenio" que de una conversación normal, entre dos personas normales, en un contesto normal. Y claro, eso a mi no me pasa. No tengo amigos a los que les pasen cosas subrealistas ni paranormales y que hagan de ello una historia fantástica para contar. No tengo un amigo famoso, ni siquiera minimamente conocido, cosa que también parece ser muy habitual para el resto. Ninguno de mis amigos tiene una vida traumática, de esas que al resto les gusta poner como ejemplo de superación. Por suerte, no he perdido a ningún amigo de una manera excesivamente emocionante. Ni siquiera tengo ningún amigo que destaque de forma llamativa en algún deporte o que haya triunfado laboralmente de forma que pueda presumir de ello y colgarme medallas por conocerlo.

Adoro a mis amigos. A todos y cada uno de ellos. Con su vidas normales, con sus hijos, y sus trabajos. Con sus historias cotidianas. Con sus problemas del día a día. Me encanta charlar con ellos, de nuestras cosas, de las de siempre, que no serán tan llamativas como para generar un hashtag rollo: quefuerteyotengounamigoque....pero son las que a mi me gustan y no tengo necesidad ni de exagerarlas, ni de convertirlas en algo alucinante con lo que llenar los espacios vacíos en medio de conversaciones irrelevantes. Y lo que es más, me asquea soberanamente la gente que lo hace....

Le tengo cierta manía a esa gente que parece tener que presumir de los logros de sus amigos, de sus historias o incluso de sus desgracias para darse el pequeño lujo de sobresalir entre los demás, o por lo menos intentarlo. Me carga sobremanera esa gente que continuamente presume de tener amigos aquí o allá. Que se hable de lo que se hable cuelan en la conversación un: "pues yo conozco a....". Esa gente que tiene un amigo camarero cuando se habla de bares, una amiga dependienta si se habla de ropa, un amigo policía si habla de multas o un amigo medico cuando está enfermo. Y si hay algo que me molesta más todavía es que por norma general, esos que presumen, suelen ser los mismos que consideran amigos a lo que yo catalogaría como simples "conocidos".

Y ya puestos a criticar, ya que he descubierto gracias a este blog la facilidad que tengo para hacerlo, diré que si hay algo a lo que le tengo una especial manía es a esa gente que presume de las cosas más normales, aunque para ellos siguen pareciendo algo de lo más destacable, para intentar sobresalir y dar a entender que son suuuuper especiales. Personas que sueltan comentarios del rollo: "mi amigo tal, que es gay....." aunque en el contesto de la conversación sea de lo más irrelevante, y a los que les falta añadir "para que veas que soy super moderno y tengo amigos de todo tipo....", y que da la impresión de que están esperando un aplauso y un gesto de envidia o de admiración por tener amigos tan diversos.

Pues bien. Siento deciros que mis amigos son muy normales. Dependientas, obreros, operarios, amas de casa, parados (muchos, por desgracia), policías, enfermeras,.... Heterosexuales, gays, fieles o infieles, casados, solteros, con o sin hijos, ...No tengo un amigo negro, ni uno apodado "el chino". No me relaciono con famosos, políticos o gente con ningún tipo de relevancia especial o destacable, pero si hay algo de lo que puedo estar orgullosa es de que no cambiaría a ninguno de ellos por nada y de que puedo, sin ninguna duda, otorgarles a todos el titulo de AMIGO con todas las letras.


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