Hace ya tiempo que me dio por escribir un post sobre las 30 cosas que más odio. Pues bien, tendría que remitirme a él para poder enumerar de nuevo todas esas cosas porque, a pesar de seguir odiándolas, me dí cuenta de que había tantas cosas que me sacaban de mis casillas que si ahora volviera a hacer esa lista, seguramente enumeraría 30 totalmente diferentes. Pero lo que si recuerdo es que prometí, en algún momento, ampliar ese listado y hoy quiero hacerlo con una cosa nueva. Y es que últimamente me he dado cuenta de que hay algo que odio sobre manera, y eso son los tópicos.
Supongo que si analizo palabra por palabra cada conversación que mantengo a lo largo del día, hasta yo haré uso de alguno de ellos en más de una ocasión, muy a mi pesar, todo hay que decirlo, porque me repatea soberanamente las tripas el hecho de que la gente los utilice dirigiéndose a mi. En más, creo que más de una vez y por un respeto quizás a veces fingido, he tenido que tragarme mi opinión hacia ciertos comentarios que me resultan insulsos e innecesarios hasta el extremo.
Y es que a ver.....todos hemos soltado un "te acompaño en el sentimiento" en más de una ocasión porque, francamente, hay situaciones, como puede ser un fallecimiento, en el que nos encontramos sin saber que decir o como consolar a la persona que ha sufrido esa desgracia. Hasta ahí bien. Respeto ese tópico, lo comprendo e incluso, no lo recuerdo, pero seguramente hasta lo haya utilizado. Pero otros...bufff, otros me exasperan. Odio cuando alguien suelta comentarios del tipo "el dinero no lo es todo", "es mejor tener salud", o el que más odio "el dinero no da la felicidad". Pues bien amigos, no la da, eso es cierto, pero la compra. Y se que más de uno va a estar totalmente en desacuerdo conmigo en esto, y francamente, me importa bastante poco. Seamos realistas. Quizás una persona adinerada, sin ningún tipo de problema económico, de esas que ni siquiera son consciente de la cifra que acumulan en sus cuentas corrientes, no sea feliz. Quizás tenga otro tipo de carencias que no llenen su "cuota de felicidad" pero ¿realmente creéis que por muy plena que sea la vida de la gente que no tiene un duro, que por mucho que quiera a su familia, o por muchos amigos de los que esté rodeado, eso hace que se olvide de que no tiene ni con que pagar la luz? Quizás sea yo, o quizás mi opinión sea demasiado enfática o del todo poco objetiva; tal vez el dinero no sea la fuente de la dicha y la salud sea infinitamente más importante que la fortuna pero dejadme que opine que, si van a dolerme las muelas, por lo menos yo, prefiero que me duelan con la cartera bien llenita, porque si algo es incuestionable es que el dinero no dará la felicidad pero señores, quitar, tampoco la quita.
Y hablando de tópicos y de felicidad, me desespera la gente que utiliza ésta como máscara para sus complejos. Hablo de esa típica "gordita feliz" que se jacta de serlo. o del típico calvo "orgulloso". ¡¡Venga hombre!! La industria de los productos de belleza, de adelagazamiento y de la estética en general es una de las que más millones mueve a nivel mundial. Y eso no lo han conseguido a base de gorditas felices que presumen de su falta de complejos o de lo aceptada que tienen su condición, cuando muchas de ellas (por no decir absolutamente todas) pueden pasarse horas enumerando la lista de dietas o de tratamientos que han seguido para modificar su aspecto. Me encanta la gente sin complejos. Esa con el nivel de autoestima tal para echarse al mundo por montera y pasar olímpicamente de las opiniones ajenas. Esas que, con la cabeza bien alta, han aceptado su aspecto y pasan de lo que los demás digan u opinen, que intentan reducir su peso más por una cuestión de comodidad (porque seamos realistas, encontrar ropa de según que talla sigue siendo dificilísimo a la par que mortalmente caro) o por salud, que por el hecho de conseguir la aceptación ajena. Pero de ahí ha auto denominarse felices va un gran trecho.
Pero la lista es inmensa. Y es que parece que lo fácil cuando no sabemos que decir es soltar alguna de estas perlitas...
"No hay mal que cien años dure": obvio. Pero ni bien tampoco. Nada dura cien años por el simple hecho de que nadie lo hacemos. Me da igual las desgracias o las venturas. Decir esto es, para mi gusto, igual de absurdo que el típico "no es por ti, es por mi" o el desesperante "no es nada personal". ¡Los huevos no es personal! Y más cuando esa frase por norma va unida a una opinión generalemente bastante desagradable.
Me molesta la gente que utiliza coletillas literarias para zanjar conversaciones en las que incluso sería más apropiado un "silencio por respuesta" aunque con esto haga gala de otro tópico. Y me molesta más aun la gente que presupone ideas basándose en éstos. Esa gente que da por hecho que los latinos saben bailar perfectamente, que las chicas guapas tienen que carecer necesariamente de una inteligencia equiparable a su belleza o esas que dan por hecho que un chico sensible o preocupado por su aspecto debe ser homosexual.
Así que amigos, a modo de consejo, de petición o de súplica, como queráis interpretarlo, por favor, por lo menos conmigo olvidaros del "tú puedes, con ésto y con más", del "no hay mal que por bien no venga" o del odioso "el tiempo lo cura todo", porque el tiempo pasa, el tiempo enseña, el tiempo transcurre, pero curar, no cura.
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