Hasta aquí, todo claro. Un hecho delictivo y reprobable aun obviando que ese dinero se utilizó para aliviar una situación de desesperación y no para darse un lujo o comprarse caprichitos. Lo llamativo de este asunto es que tras ser condenada a 1 años y 10 meses de prisión por un delito de falsedad documental, a pagar una multa de 900 € y a 6 meses más de prisión por estafa, y tras llevar varios meses realizando trabajos sociales para minimizar la pena, hace solo unos días, Emilia ha recibido la notificación de entrada en prisión inminente, aunque ella está en pleno proceso de indulto.
Y después de escuchar todo esto, es cuando una no puede dejar de pensar en este tipo de casos y de preguntarse por que, algunos, somos ciudadanos de segunda. Estamos cansados de escuchar casos como el ya famosísimo "Palma Arena" o el "caso Noos", donde tenemos que aguantar que personajes como Iñaki Urdangarín estén en la calle, disfrutando de sus grandes casas o de sus fastuosas vacaciones a pesar de estar imputado por estafa, malversación y apropiación de capital de cifras que en euros, superan las 7 cifras. O el famoso caso "Gao Ping", donde por un error judicial, este individuo se ha vuelto "intocable" de la noche a la mañana, sin tener en cuenta que en un principio estaba acusado por blanqueo, extorsión, corrupción e inmigración ilegal.
Pero no solo hay que fijarse en estos casos con relevancia mediática o que ocupan horas y horas de las parrillas televisivas, no. Basta con prestar atención a situaciones absurdas e incomprensibles como el caso de un chico, que conducía su vehículo en dirección a Alicante y tras protagonizar varios accidentes con otros vehículos, efectuó un cambio de sentido y circuló varios kilómetros en sentido contrario, finalmente colisionando con un vehículo de forma frontal y causando la muerte inmediata de uno de sus ocupantes, un joven de 25 años y múltiples daños a su novia de solo 21. Pues bien, este "kamikaze", condenado a 13 años de prisión, ha sido indultado recientemente por el Sr. Ruiz Gallardon, y conmutada su pena por el pago de una multa de a penas 4.000€. Esto quedaría en algo simplemente incomprensible y del todo vergonzoso si no fuera porque también se da la "pequeña casualidad" de que el hijo del Sr. Gallardón, trabaja en el mismo despacho de abogados que lleva la defensa del causante del accidente.
Quizás peco de excesiva suspicacia pero ¿soy a la única que le resulta de lo más sospechosa esta resolución? ¿Soy la única que no concibe el indulto a una persona que ha matado a otra por una conducta imprudente, del todo probada y que no aporta ni el más mínimo genero de dudas, mientras otra está a punto de ingresar en prisión por robar 193€ en comida para dar de comer a sus hijas?
No estoy justificando a nadie ni librando de responsabilidades, eso está claro. Emilia cometió un delito y por ello debe pagar las consecuencias pero lo que si digo, y me reafirmo una y mil veces, es que no me parece justo que alguien deba pagar con casi dos años de prisión el robo de 193 € mientras que a la vida del joven muerto en el accidente se le ha puesto un precio de 4.000 €.
Al final, y si las cosas siguen avanzando de la manera que estamos consintiendo que lo hagan, incluso tendremos que plantearnos modificar nuestros más antiguos refranes, porque si algo está quedando claro en estos tiempos es que:
"El dinero no da la felicidad...............
.....................pero compra la libertad"
Parece que te han leído
ResponderEliminarhttp://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/01/valencia/1359717236_233489.html
Por fin se ha pistacho justicia