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martes, 2 de julio de 2013

¿Demasiado yo?

He descubierto que soy "demasiado".... Y no es egocentrismo ¿eh? Nada más lejos. Pura y dura realidad. Vaya, o debo serlo a juzgar por las veces que he oído estas últimas semanas lo de: "eres o tienes demasiado....."
Me explico....

Llevo, por circunstancias varias, (bodas, cenas y demás eventos) saliendo de compras casi cada día de las últimas tres semanas. Hasta ahí perfecto. Nada que objetar. Encantada incluso, podríamos decir. Pero después de recorrer el primer millón de tiendas, ese "encantamiento" pues tiende a reducirse, para que voy a engañaros. Y no es que yo busque nada tan especial o extravagante que sea imposible de encontrar ¿eh? os lo aseguro. Pantalones, algún vestido, vestidos para un par de bodas, quizás algún peto,...cosas de lo más normales vaya. Pues bien, empiezo con mi búsqueda, priorizando, lo más urgente primero. Vestidos de fiesta. Y voy pasando tienda por tienda. Y voy intentando probarme alguno y empiezo a recibir respuestas como "eres "demasiado" alta para los vestidos que tenemos", "lo siento, lo que nos ha quedado es "demasiado" pequeño para ti" y mi favorito "lo que tenemos es "demasiado juvenil" para tu edad", comentario del que aún intento recuperarme, y mi orgullo también, después de ser consciente de que tanto yo como mis 31 años tan mal llevados por lo visto, ya no somos adecuados para vestidos juveniles. Pero sigo, con el orgullo dañado pero sin intención de rendirme. Y vuelvo a cambiar de tienda, y otra, y otra. Y me voy probando. E increíblemente voy recibiendo respuestas similares. Y los días van pasando y mi ánimo disminuyendo, para ser sincera.

Y entonces, empiezo a pensar: "joder, ¿seré yo!" Y empiezo a plantearme si estaré tan rematadamente mal hecha que podría tatuarme "producto con tara" en la nuca. Pero es entonces cuanto tiro de las grandes dosis de autoestima y amor propio que acumulo en los más extraños rincones de mi cuerpo y pienso: ¿yo? ¡¡Los huevos!! No es culpa mía que mi más que normalito 1.72 sea considerado "demasiado" porque siguiendo esa estela, Nikole Kidman y su 1.80 debería ser considerada un orco horrible y digna merecedora de que sus pies fuera amputados a la altura de los tobillos.

Quizás todo sería menos complicado y menos "demasiado", si las marcas de ropa empezaran a darse cuenta de que por cada chica joven, de 1.65 cm, 50 kilos, pechos perfectos, talla 95, inmune a las leyes de la gravedad, y formas espectaculares más dignas de catalogo de lencería que de una vida cotidiana, somos 100 las chicas del montón que nos volvemos locas buscando algo que simplemente, y ya rebajando el listón, "no nos siente mal".

Pero no solo son los vestidos la fuente de problemas, ni es que yo sea "demasiado" exigente, ni "demasiado" mal hecha, lo juro, anónimos lectores. Es que el mundo de las moda ha perdido la cabeza hasta unos límites que exceden mi comprensión. Pantalones pitillos, tan pitillos que empiezas a plantearte el tener que realizarte una liposucción en los gemelos para conseguir tan siquiera que pasen la altura de tu rodilla. O zapatos con plataformas tales que hacen que la gente se vuelva a tu paso planteándose si conseguirás llegar a casa con los tobillos en el lugar que les corresponde. O tiros de pantalón tan bajos que te hacen dar gracias de que la depilación láser se haya puesto de moda y la gente no vaya enseñando el color natural de su pelo a diestro y siniestro. Aunque esto no sea un problema para todo el mundo, ya que para superarse aún más, a alguien se le ha ocurrido inventar los "tangajeans"... ¡Sin palabras!

Y para ti, ese que piensa que mi opinión es tremendamente exagerada, te propongo un reto. Hoy mismo, en plenas rebajas, acude a una tienda de ropa, la que desees, elige tú, y dirígete a la sección de vaqueros, y si el numero de pantalones talla 32 o 34 no solo supera sino que triplica a los de cualquier otra talla me veré obligada a darte la razón.

Porque ese es un tema que ya me enerva hasta el extremo: ¡las tallas!. Decidme algo: ¿tanta gente pulula por el mundo llevando una talla 32 o la 34? Porque quizás es que yo no me he fijado demasiado o quizás es que están todos pegados contra un muro arrastrados por una corriente de aire y son incapaces de llegar hasta la tienda para comprar las miles de prendas que siempre quedan de sus tallas pero lo cierto es que os juro que me resulta del todo incomprensible el empeño que las firmas siguen teniendo en fabricar cantidades tan absurdas de esas tallas. Porque ya de hablar de unificarlas, ¡paso!. Me he resignado a tener que llevarme al probador tres tallas distintas del mismo pantalón, y descubrir cual llevo en ese momento porque aunque parezca mentira, he llegado a entrar en una tienda con un pantalón de la 42 y salir con uno de la 38 de la misma marca, y ¡oye! una adelgaza con facilidad, pero 15 kilos en 15 minutos no soy capaz de perder, creedme

Así que en conclusión, quizás no es que yo sea "demasiado" peculiar, sino las firmas y tiendas de ropa, "demasiado" estultas para darse cuenta de el tipo de personas normales que tenemos nuestras visas entonando un "preparados, listos, ya!


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