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martes, 14 de mayo de 2013

La hora de nuestro destino.

Miramos a los lados antes de cruzar la carretera. No consumimos productos a los que incluso les faltan un par de días para caducar por miedo a enfermarnos. Deporte, dieta saludable, vitaminas e infusiones,... Cualquier cosa que sea necesaria para alargar nuestra vida y disfrutar de ella el mayor tiempo posible. Vivimos aterrados ante cualquier enfermedad que pueda acabar con nosotros. Son incontable las campañas de control de velocidad o uso del cinturón intentando con ello salvar el mayor numero de vidas. Vacunas preventivas, avances médicos, tratamientos y terapias innovadoras... Desde el principio de los tiempos el hombre a luchado para ganar una imposible lucha contra la muerte y el deterioro pero, ¿y si todo depende del destino? ¿Y si fuera cierto que todos tenemos una hora marcada? Suena extraño, incluso ridículo, si no fuera por cosas como estas:

Muere una anciana tras caerle encima una joven que se tiró desde un octavo piso


Una trágica jugada del azar es la única explicación que se puede encontrar al terrible suceso acontecido en Málaga capital y que le costó la vida a una octogenaria a la que le cayó encima una joven que se había lanzado desde un octavo piso. La suicida, aunque herida grave, salvó la vida

Estoy convencida de que esta pobre anciana que,  seguramente tendría una lista impresionante de pastillas para paliar los achaques propios de su edad y que es lógico pensar que estaría dando un paseo rutinario para mantener en forma sus cansadas articulaciones o para regular su colesterol, nunca se hubiera imaginado que su vida acabaría de una forma tan peculiar. 

Nunca he sido una persona que crea especialmente en el destino pero reconozco que por noticias que llegan a mis manos últimamente o incluso por acontecimientos sufridos en mis propias carnes, estoy empezando a cambiar esa forma de pensar y a unirme a esa corriente de gente que opina que quizás el destino ya esté escrito.

Pescador brasileño se atraviesa el cráneo con un arpón y sobrevive.


Un pescador brasileño ha protagonizado lo que ciertamente puede considerarse un milagro: mientras se encontraba pescando, por error se atravesó el cráneo con el arpón pero sobrevivió y se encuentra estable de salud.


Es increíble como alguien que puede llegar a sobrevivir y lo que es más, hacerlo incluso sin secuelas importantes a un accidente en el que seguramente todos nosotros falleceríamos en el acto. Y es entonces, y después de ver cosas como estas cuando te preguntas: ¿Y si no era su momento? Ya, ya lo sé. Suena demasiado místico pero ¿tan descabelladamente imposible resulta? 

Quizás la expresión "no había llegado su hora" tenga sentido para mucha gente pero si algo está claro es que es Frank Selak el que más puede hacer suya esta frase. Este hombre al que podría otorgarsele el título al tipo más (des)afortunado del mundo puede presumir de haber sobrevivido a un descarrilamiento ferroviario y su posterior caída a un río helado en el que fallecieron 17 personas pero del que él salió con algunos moratones y un brazo roto. Un año después se abrió la puerta del avión en el que viajaba y cayó al vacío junto con otras 19 personas. Lo increíble es que el resto falleció mientras el salvó su vida cayendo en un pajar. Pocos años después su coche se incendió en la autopista y consiguió salir pocos segundos antes de que el auto explotara. En 1995 fue arrollado por un autobús pero también sobrevivió a este hecho y lo que es más increíble, sufriendo tan solo unas simples magulladuras. Y al año siguiente, en el 96, su coche fue expulsado de la carretera por un camión que invadió su carril. Mientras se precipitaba por un terraplén, consiguió saltar y agarrarse a un árbol mientras su coche caía por el precipicio. Y si esto no os parece ya increíble, añadiré que a este afortunado le tocaron 700.000 € en  la lotería justo el mismo día de su boda. 
¿Que me decís? ¿Suerte o destino?

La historia está llena de muertes ridículas, imprevisibles e inimaginables e incluso, quien sabe, muertes "destinadas". Pero sin duda, es el mundo del arte y el espectáculo el que se lleva la palma en estos hechos. Pongamos como ejemplo a Tenessi Williams. El conocido autor de obras como "Un tranvía llamado deseo" o "la Gata sobre el tejado de Zinc", murió de forma ridícula e impredecible cuando, después de una auténtica bacanal de sexo y alcohol, intentó añadir a su "fiesta" una dosis de barbitúricos pero murió asfixiado con el tapón del bote de pastillas después de intentar abrirlo con los dientes.

Archiconocidas son también las muertes de Brandon Lee, protagonista de "El Cuervo" que falleció en medio del rodaje de esta película cuando una bala imprevista alojada de forma inesperada en el cañón de la pistola le alcanzó mientras se detonaba el cartucho de fogueo o la de Heath Ledger, el inolvidable vaquero de "Brokeback Mountain" fallecido por mezclar de forma imprudente unos simples medicamentos con receta y destinados a paliar sus problemas con el sueño.

En definitiva, que cada uno piense lo que quiera: destino, casualidad o suerte... Pero, si todos tenemos una hora marcada, mejor aprovechar cada minuto al máximo porque lo que está claro es que no hay manera de saber "que hora es"...


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